Los amores platónicos están en nuestro día a día, es ese chico mayor que te cruzas por los pasillos, que no se da cuenta de que existes pero está claro que tú si que lo has visto desde que ha entrado al edificio y sonríes. Está en ese desconocido que te cruzas en una ciudad que no es la tuya, en un viaje, en cualquier sitio donde sabes que no volverás a verle, que nunca formará parte de tu vida más que en ese momento. Pero por un segundo sueñas con como sería estar juntos, con cómo será esa otra persona, piensas en sus gustos, en sus aficiones y sonríe, porque te parece divertido pensar en una vida juntos. Más tarde te olvidas de esa persona o no pero no queda nada más que esa sonrisa que te produjo.
En cambio cuando intercambias palabras con la otra persona, cuando te mira y te sonríe de esa forma, cuando le ves cada día y te dedica día a día una sonrisa, entonces ya no es un amor imposible, ya no es un amor platónico. Puede que en este caso sea un amor improbable, pero hay una cosa que está muy clara, si hay una posibilidad, por pequeña que sea, vale la pena intentarlo, ¿No?

No hay comentarios:
Publicar un comentario