jueves, 17 de mayo de 2012

La felicidad de estar vivo.

Todos hemos tenido la sensación alguna vez de estar rotos por dentro, de que el mundo se te derrumba, la impotencia de no poder hacer nada mientras todo se pone patas arriba. Todo parece estar mal, nada parece funcionar, no se ve la luz al final del túnel, porque parece que ni si quiera existe esa luz. Que la felicidad es una gran mentira, una fantasía, una utopía.

La vida es como todo, tiene sus cosas buenas y sus malas, sus altibajos, hay veces que las cosas salen mal, y veces que salen bien. Pero apuesto a que por cada cosa mala que pasa en la vida, hay cinco que la hacen más feliz, que desequilibran las balanza para que la vida sea una buena experiencia, llena de risas, de miradas, de sonrisas, de corversaciones animadas, de bromas, en definitiva, de pura felicidad.


Todos hemos pasado por épocas malas, algunas peores que otras, en las que hemos querido gritar: "Que se pare el mundo que yo me bajo." En esos momentos, es cuando se debe ser más fuerte, mirarse al espejo y pensar, "bueno, una vuelta más" Y salir del bache.

Sed felices, cometed errores, aprended de ellos, llorad, reíd... Pero sobre todo, buscad hasta que os duela un motivo que día a día os haga sonreír, puede ser un chico, una amiga, un amanecer, vuestro desayuno favorito o un beso de mamá, lo importante es encontrar una manera de seguir adelante con la mejor de las sonrisas. La vida no es perfecta, ¿Por qué deberíamos serlo nosotros? Pero, ¿Qué puedo decir yo? Solo soy una adolescente más.



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