A tres metros sobre el cielo, en el paraíso, allí, tan alto, sonriendo sin parar, dónde viven los enamorados. Creo que lo llaman así porque cuando ya no le estás te das el golpe de tu vida. Sí, estar tan alto solo te lleva a que el golpe sea mayor, y lo peor, es que mientras estás elevándote en el aire, eso, no te importa lo más mínimo, porque te hace sentir bien. Cuanto más alto vuelas, más quieres subir, es como una droga, te hace sentir que flotas, pero cuando se acaba, cuando llega el día de después, te rompe en mil pedazos, te destroza por dentro. Y entonces, llega otra persona, y da igual lo duro que te pongas, lo poco que abras tu corazón a los demás, porque siempre, siempre, llegará alguien que te derrita, y entonces, no habrá vuelta atrás, en cuestión de segundos te encontrarás volando otra vez, sabiendo que tarde o temprano volverás a caer, pero disfrutando cada minuto, enamorándote cada día más.
sábado, 27 de octubre de 2012
Love & Other Drugs
No, no digo que el amor no exista por supuesto que existe, quiero decir que por amor se han echo cosas preciosas, pero cuando el amor se acaba, si se llega a acabar, el vacío que deja es muchísimo más inmenso de lo que se siente antes de que llegase. No quiero decir que eso me importe, porque seguramente me volvería a equivocar, porque eso está claro, no te das cuenta de que te estás enamorado hasta que estás hasta los huesos, y da igual lo duro que creas que eres, porque no hay corazón al que no pueda llegar el amor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario